Uno de los grandes problemas que afronta
la iglesia evangélica hoy es la deserción juvenil: en efecto, a partir de 12
años ya las expectativas de nuestros muchachos no son satisfechas y prefieres
experimentar en el mundo otras cosas que les diviertan, que estén a la moda y
muy importante, quieren a alguien que responda sus inquietudes. Esto ocurre
generalmente porque dentro del ministerio infantil tenemos años ensenando lo
mismo y peor aún, de la misma manera. Al mismo tiempo tenemos líderes de niños
decepcionados y frustrados porque en sus Congregaciones no les apoyan lo
suficiente, o porque aceptaron convertirse en maestros de niños sin estar
debidamente preparados, solo porque no había nadie más, ocasionando en
consecuencia que su labor sea aburrida y poco atrayente. Resultado: un efecto domino,
donde los chicos se transforman en los rebeldes de la iglesia, sin cambio ni
fruto para Dios, los maestros siguen haciendo un trabajo a medias y los
Pastores sufren las consecuencias de una iglesia con una juventud sin propósito.
En CONELIN, convencidos
de esta dura realidad, queremos aportar nuestra parte para que este escenario
cambie y en consecuencia, podamos dar paso a la verdadera iglesia saludable y
fuerte desde el ministerio infantil eficaz. Hemos creado programas para apoyar
al liderazgo de la iglesia local y seguimos trabajando para cada día,
capacitar, asesorar y apoyar la obra evangelizadora entre los niños.